A pesar de la pérdida de categoría las sensaciones del equipo han sido muy positivas de cara a la siguiente temporada.
Este pasado fin de semana concluyó en las canchas de Moratalaz la andadura del equipo femenino de Itxaropena-Alavés en la Primera División de goalball. De igual manera que sucedió con la escuadra masculina unas semanas atrás, la pérdida de categoría ha llegado cumpliendo las previsiones después de una liga que se complicó desde los primeros instantes.
Al margen del evidente nivel superior de los equipos de la máxima categoría de este deporte dirigido a deportistas con discapacidad visual, Itxaropena-Alavés ha tenido en contra las lesiones de varios jugadores y dificultades federativas para inscribir a algunos componentes del grupo. De esta forma, la entrenadora Mada Cariñanos tuvo que recomponer ambas escuadras respecto al año anterior con deportistas menos experimentados.
Y a pesar de que el descenso parecía inevitable desde los primeros compases de la temporada, esta regeneración de los dos equipos ha servido precisamente para dar un nuevo impulso al cuadro deportivo, con la vista puesta en la próxima liga. De hecho, jugadores nuevos como Javier Marigil o Simbo Keita entre los chicos, así como Sarah Rodas, Carlota Ruiz o Laura Ruiz en las féminas, han tenido que asumir mayores responsabilidades de las previstas, y han cubierto con nota las expectativas sobre su juego. Esta experiencia ha sido un auténtico máster de cara al futuro y a los siguientes años para estos jugadores, que han dado un gran salto de calidad.
Y lo que ha quedado claro en todo momento es la unión de este colectivo, que ha disfrutado su presencia junto a los mejores formaciones de la liga española, valorando el aprendizaje que supone enfrentarse con deportistas de alto nivel.
